¿Quieren saber las visitas del vídeo? Se acercaba a los tres millones.
Algunos señalaran a esta persona como una víctima del sistema capitalista de youtube. El gordo ha descubierto qué vende y se ha transformado en un producto televisivo, desprendiéndose de todo humanidad. Mi opinión es contraria a esta cita. El gordo no es una víctima, sino uno de los muchos culpables de propagar los falsos valores a una sociedad de por sí marchita.
Los problemas salud, tanto físicos como mentales y sociales, son altamente visibles. Ver los vídeos de este canal enciende las señales de alerta instintivas que heredamos de nuestros antepasados primitivos. Esta persona está enferma y no debemos acercarnos a él porque pueda que nos contagiemos. Imagino que su círculo cercano, familiares y amigos, el que pueda mantener, se encuentra atado con un fuerte cordón de preocupación y ansiedad. Temen que cualquier día los problemas respiratorios del gordo evolucionen, que no pueda levantarse de la cama y que la dependencia de su carrito a motor sea completa.
La gula no es el único pecado capital del gordo; se le ha de sumar la lujuria. El gordo se siente orgulloso de anunciar participar en una página de insana. Vende los vídeos pornográficos como si fueran las camisetas de su marca personal. Entre los ríos de grasa, uno puede distinguir un pequeño cilindro de carne, una anguila blanducha que busca colarse por un orificio antes de resultar aplastada. Los orgasmos son inexistentes. Solo se escucha insultos de toda índole y regüeldos ahogados, un sonido que recuerda a una persona que está sufriendo un infarto.
Lo crean o no, las personas consumen ambos contenidos: gula y lujuria. Disfrutan de un espectáculo dantesco que ignora el buen gusto y los valores que una sociedad sana debería promulgar. Los espectadores son el segundo culpable de este crimen circense. Los payasos hacen reír y el público es el que se ríe.
El nombre del canal: Nikocado Avocado.
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